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viernes, 30 de noviembre de 2012

Limpieza de paredes pintadas.


Limpieza de paredes pintadas

    Es preciso tratarlas en función de su respectiva naturaleza.

Pinturas lavables: óleo, gliceroftálicas, vinílicas, caucho, etc.
    Desempólvense con un paño o con el aspirador, con la boquilla de cepillo redondo. Lávense con una esponja humedecida en agua tibia, a la que se habrá agregado una cucharada pequeña de lejía concentrada por litro de agua (1).

    Iníciese el lavado por la parte de abajo para evitar las marcas sobre la pared, subiendo poco a poco (2).

    Cámbiese de agua siempre que sea necesario, es decir, muy a menudo, si la pintura está sucia.

    Aclárese abundantemente, siempre con la esponja bien escurrida, cambiando varias veces el agua y empezando, al igual que para el lavado, por la parte de abajo de las paredes para evitar los churretes de agua.

    Acábese pasando una esponja sencillamente húmeda, destinada a unificar la superficie  que haya sido tratada. Esta vez empiécese la operación por la parte arriba.

Pinturas lavables en madera tallada.
    Empiécese por desempolvar cuidadosamente con el aspirador y la boquilla de cepillo redondo. Lávese con agua tibia y lejía (una cucharada pequeña por litro de agua), utilizando un pincel grueso para trabajar bien las partes más profundas de la talla (este tipo de pincel se denomina brocha redonda). Aclárese dos veces con agua limpia, y una tercera vez con agua a la que se habrá agregado agua oxigenada a 20 volúmenes (si se trata de pinturas blancas o muy claras. Dosifíquese una cucharada sopera de agua oxigenada para dos litros de agua.

Pinturas al temple.
    Hay que contentarse con desempolvarlas muy cuidadosamente. Las pinturas al temple no se lavan (3).

Lechada de cal.
    Empiécese por desempolvar con el aspirador. Dilúyase un poco de cal en agua tibia y aplíquese esta mezcla, con una brocha, por toda la superficie de la pared. Repítase la operación si fuese necesario. Sobre todo, no se aclare. Déjese secar.
    Atención: Póngase buen cuidado en desconectar el automático de la luz antes de comenzar la limpieza. Es prudente suprimir cualquier riesgo de electrocución causada por una instalación eléctrica en tubo empotrado, que podría estar mal aislada, y formar masa con la pared.
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(1) También da buenos resultados añadir al agua una cucharada de bicarbonato de sodio por litro de agua, en lugar de la lejía.
(2) Así, el agua que puede escurrir, si lo hace sobre la parte mojada, no dejará los surcos de la gota marcados, puesto que resbala sobre la parte mojada. No así cuando se empieza a limpiar de arriba abajo, tanto sea en una puerta como en una pared, al escurrir la gota de agua sobre la parte seca dejará una huella muy difícil de quitar.
(3) Cuando por alguna causa tengan roces o rayas, se pueden disimular frotando suavemente con un papel de seda seco. El polvillo que se levanta unificará y borrará los arañazos, roces o rayas.
«Diccionario de la limpieza», por Djénane Chappat.

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